martes, 1 de febrero de 2011

Relato històrico sobre Juan Francisco Borges. Sus ultimas horas de vida (Relato premiado en Concurso organizado por UPCN Nación- Año 2010)

EL GRITO AUTONOMISTA SANTIAGUEÑO
 ACTUACION DEL CORONEL JUAN FRANCISCO BORGES, DESDE LA REVOLUCIÓN DE MAYO, HASTA SU FUSILAMIENTO.

Es 31 de diciembre de 1816, soy el Coronel Juan Francisco Borges estoy en la celda con mi compañero, el Capitán Lorenzo Lugones,  mañana es el día…… Belgrano dio la orden de fusilarme, insurrecto yo?....
Insurrecto yo!....Que apoyé desde el primer momento, la revolución de mayo, yo integrante del cabildo, presioné para que se reconociera  a la primera junta de gobierno y se envíen representantes a la Junta Grande.
Yo que formé el primer regimiento de mi provincia, los patricios santiagueños, dispuestos a colaborar con Ortiz de Ocampo, jefe del ejército del norte? 
Nunca olvido que a pesar de mi admiración por San Martín, a través de la Logia Lautaro, objetó mi nombramiento como diputado de santiago a la asamblea del año trece…
Insurrección o rebeldía?.... Pienso, está mal creer, que mi provincia pueda ser autónoma? Si el año pasado, ayudé a Guemes a declarar la autonomía de su provincia, y yo en la mía, no puedo hacer lo mismo? Que es lo malo?  Miro a Lugones y le pregunto: - seremos nosotros nomás? Que esto me pase amí! Que no toquen a nadie más. –no mi coronel, nosotros, solo nosotros somos los condenados, no le pasará nada a nadie más…. La lección les servirá.
Los muros del convento de santo domingo palidecen también….
Calor, mucho calor, estamos en santiago, en verano, se acerca mi hora,  dicen que la muerte es fría, en santiago también?
Lugones, está nervioso, seguro sufre por sus hijos, su mujer, habrá hecho bien en seguirme? Siempre ami lado, apoyando mis ideas locas, miro a este hombre y calculo que mis ideales, son los suyos, muchas veces lo que uno hace, prende en otros de manera tal que se vuelve más combativo que el autor de las ideas. Lamadrid tendrá las suyas? Lo que hace, lo hace por respetar los postulados de Belgrano? O lo hace por su provincia? Tengo dudas, interrogantes, solo dios sabe las respuestas.
Estamos en silencio, nos miramos con Lugones, y ese silencio dice muchas cosas….
Lamadrid está obsesionado conmigo, no sé que lo mueve a odiarme, será mi ser, mi sentimiento de libertad, de liberación?, si él estuviera en el lugar mío, aseguro que lucharía por lo mismo, es mas o menos lo que pasó en Buenos Aires en mayo de 1810, lo mismo, pero en mi Santiago.
Lamadrid creyó que iba a poder con la gente de Santiago, son la mayoría la que me apoya amí; lo veo a él y  lo veo a Quemes y digo…¡Que distintos que son, el tucumano, deja ver algo personal para conmigo, mientras que el salteño, tiene una mirada mucho más amplia, superadora, mas regional, tiene más claro lo que tiene que hacer y por quien luchar, por eso, lo apoyé cuando el Director Supremo José Rondeu reconoció la autoridad de Guemes como Gobernador de Salta… pero la vida es así, es el destino?
Lugones seguía callado con la mirada baja, huidiza hasta que  me miró a los ojos, ví en ellos la angustia, ese era mi amigo, mirándolo a él, veo a mis oficiales  a quienes los formé con rigurosa disciplina, su lealtad y entrega era lo que lo hacía respetable, y como yo, esperaba el final.
La noche pasa lenta, rápida, no sé, termino en el comienzo de un nuevo año, que paradoja… me pasó el sueño, alguien puede dormirse sabiendo que a la mañana lo matan?
Me ofrecen agua, que no la tomo, Lugones sí, tiene que reponer todo lo que perdió en su llanto, pasan los minutos, las horas, pasan  cada vez más rápido, entra un viento tenue que me trae olores que reconozco, añoro, mi infancia.
En Santiago, es un  lugar en donde fácilmente se hacen de amigos, distintos a los niños de Buenos Aires, más tranquilos y solemnes; mi adolescencia y juventud, igual, haciendo un repaso, no la pasé tan mal, rodeado de amigos mientras crecía en mi querido Santiago.
Amé, me amaron, odié y me odiaron, estoy furioso, veo la injusticia en sus actos, en sus miradas, quiero gritarles, pero vuelvo sobre mis pasos, ellos cumplen órdenes y muchos no saben el porqué  de este suceso.
Quisiera haber hecho todo por la gente, y en eso estaba, los recuerdo como personas simples, humildes, atentas, trabajadoras, en el norte hay muchos así, pero en Santiago, la humildad es un signo distintivo….eso nos hace débiles? Nos hace sumisos? No podemos decir basta? Mi espíritu me traicionó? Soy distinto a ellos? O fui su voz?
Me han dicho renegado, delincuente, pero nunca traidor, los días que fui gobernador me sentía un Dios, y hoy a menos de un mes, aparece el desprecio, el sufrimiento de quienes me quieren y el gozo de quienes me odian.
Sigue la noche y no concilio el sueño, me aparece la imagen de mi hijo, Juan Francisco Segundo Borges, recuerdo su mirada tierna y me aparece una sonrisa, el llanto, la hace desaparecer, que será de él? Se hará fuerte, sano, luchará por un ideal? Lo quisiera tener conmigo y abrazarlo fuerte, decirle que lo que hice lo hice también por él.
Lugones se durmió, angustiado, cansado, yo no puedo dormir, la espera se hace larga y aparecen en mi cabeza retratos que no olvidaré jamás…..
Sé que resultará paradójico pero todo lo revolucionario que soy, lo aprendí de quien me manda a matar, dicen que a un buen general no le debe temblar la mano, lo sabía eso Belgrano?
Viene un guardia a observarnos , atados no  podríamos escapar, como aquella vez, en Tucumán, cuando estando preso unos compañeros amigos del Ejército del Norte, hicieron la vista gorda, y huí a Salta donde me recibió mi amigo Guemes, y así es como conocí a un gran patriota, conocedor de su gente, de su tierra, y contra los que lo criticaban, un gran estratega militar y conocedor de leyes, como gobernador sembró en mí la semilla de la emancipación de mi provincia, como el lo hizo en la suya, con muchos Guemes en nuestra patria haríamos grandes cosas, me pregunto porque fue tan criticado? Un gran militar que luchaba con tesón por su pueblo, un idealista como pocos, esas son cosas increíbles que nunca entendería como es que pasan…..
Lugones me pregunta cosas de Santiago como si las supiera!
-Coronel me dice…”que pasará ahora con la gente que se jugó con nosotros? Que suerte les tocará?
-Yo me pregunto lo mismo, Lugones!
-Recemos por ellos mi coronel….
-No necesitan de nosotros, tienen la fuerza de sus ideales, saben de esta injusticia….
-Ya se acerca nuestra hora y no me puedo sacar de la cabeza a toda la gente que quiero…
-Estamos en la misma situación, muchos pasaron por juicios previos a un fusilamiento, no es nuestro caso, Dios sabrá porque hizo que las cosas sean así…
-Esto le servirá a la gente para que continúe con estas ideas? Que cree mi coronel?
-No tengo dudas de ello, los santiagueños son arraigados a su tierra a sus cosas, a sus costumbres…..
Otra vez la mirada de Lugones se pierde en la nada, otra vez, me siento como si estuviera solo….
Solo, igual que mi padre español cuando vino de España, solo,  forjó en Santiago, su negocio, su casa, su familia, tengo, vengo y pertenezco a una raza de aventura….
Largas discusiones en las sobremesa sobre los derechos de los españoles en estas tierras y yo con las ideas nuevas revolucionarias….
Y eso que por ahí mis intereses me jugaban en contra, la riqueza de él , me ayudó a formarme, así es que siendo joven viajé mucho por todo el virreinato, así es como conocí a mi amigo Artigas, hombre de conceptos claros, bien parado, a su idea de los Pueblos Libres la asimilé para siempre,  sólo el tenía bien presente quienes eran los enemigos, cual era el norte de la revolución y la manera de llevarla a cabo.
Mi madre, la mediadora, la que interrumpía las discusiones con mi padre cuando los ánimos se estaban caldeando….
Ella, la que no me dejó nunca, no quiero imaginarme lo que sentirá….
El dolor de madre, conmueve, asusta, contagia, apena….
Serán las dos, las tres de la mañana? Quien sabe y a quien le importa? Las horas pasan, pienso y pienso, a Lugones le pasa lo mismo, no intercambiamos palabras, continuamos en silencio, a los lejos el ladrido de los perros y sus corridas vaya a saber a quien, ya no hace tanto calor y el sueño no existe, el sueño se fue.
Lamadrid, a través de un guardia hace llamar a Lugones, ahora sí, estoy solo, solo yo, seré el ejecutado, me alegro de corazón que esto no le pase a Lorenzo, es joven, inteligente, de mucho futuro, sé que pedirá por mí…
Escucho a lo lejos el reclamo de Lorenzo Lugones, Lamadrid no lo escucha, no cede, pasa de todo por mi cabeza, es miedo? es angustia? La noche no termina más!
No sé lo quiero, que las horas pasen o no? Sólo quiero confesarme, ya no me importa mi vida, mi suerte está echada, quiero morir en el seno de la iglesia, rezo, pienso, analizo. Cuesta la muerte mi rebeldía? Porque no me juzgan? Así lo hacen con todos! Porqué no puedo defenderme? Porqué el apuro? Acaso Gregorio Aràoz de Lamadrid, no tiene piedad? Y eso que es pariente mío!   
Los revolucionarios universitarios de Chuquisaca, pasaron por lo mismo, terminaron encarcelados, pero tenían defensa!, les habrá pasado lo mismo por sus mentes? Estando presos tenían los mismos sentimientos míos?
En ellos prendió la llama de la liberación, el primer gesto revolucionario … Monteagudo decía:.. Desaparezca la penosa y funesta noche de la usurpación, y amanezca luminoso y claro el día de la libertad” empezad a disfrutar de los deliciosos encantos de la independencia”…
Nunca me olvido de ello, está en todos los criollos ese pensamiento…
La tristeza nos hace pensar en todo, a los hombres se los castiga por sus ideales? Cuál es el delito?
Estoy divagando para el lado de la melancolía, me pasan miles de historias, mi cabeza es un remolino, de recuerdos , olores, canciones, niñez, adolescencia, juventud, todo junto….
Está amaneciendo, miro el algarrobo frondoso de frente a la celda, será ese el lugar elegido para el fusilamiento?
Quiero confesarme, perdonar a todos mis enemigos, decirles a mis seres queridos, todo lo que los amo, quiero estar bien con Dios…..
El es el único que sabe bien qué es lo me pasando y porqué…..
A esta altura, es lo que menos importa!
Salió el sol, se acerca la hora…..
Veo a Lugones, Montenegro y Goncebat a un costado, sin amarres, seguramente Paz pidió por ellos y se salvaron, Lorenzo (Lugones) y Paz se conocían de antes, me miran de lejos, con piedad, tristes, apenados con mi suerte….
Yo altivo, me confieso, estoy bien con Dios, estoy preparado…..
Los miro a mis ejecutores…….es el fin.